miércoles, 17 de marzo de 2010

Tipos de narrador.

Desde dónde mira el narrador 

El punto de vista que adopta quien cuenta la historia se convierte en la luz que alumbra a los personajes y sus acciones.

Los tipos de narradores más importantes son:

1. Narrador protagonista: 

Narrador y personaje están fundidos en uno. El protagonista nos cuenta con sus palabras, enprimera persona, lo que hace, siente, piensa, u observa. Cuando el narrador cuenta lo que ve y hace, la narración es externa y objetiva. Cuando emite sus pensamientos, sentimientos y elucubraciones, la narración es interna y subjetiva.

Cuando el protagonista habla consigo mismo es llamado monólogo interior, que presenta la oportunidad de expresar los desórdenes de la mente, miedos e ilusiones.

2. Narrador testigo: 

El narrador no es el protagonista, sino un personaje secundario que nos cuenta las andanzas del primero; puede usar la primera o la tercera persona. Esta forma de narrar no da acceso a la vida interior de los personajes más que de una manera limitada, ya que sólo puede referirse a lo que piensan o sienten por lo que expresan sus palabras y gestos.

3. Narrador omnisciente: 

Es un dios en la historia. Lo sabe todo: lo que los personajes sienten, piensan y hacen; lo que deberían haber hecho; lo que soñaron, sus recuerdos y lo que no recuerdan también. Penetra en el interior de la conciencia de los personajes, devela su personalidad y, en ocasiones, puede juzgarlos. No tiene límites de espacio o tiempo, puede narrar el pasado y el futuro e incluso estar en varios lugares a la vez.

4. Narrador cuasi-omnisciente: 

Es parecido a lo que hace una cámara de video: puede observar a los personajes, sus gestos y reacciones, pero será el lector quien interprete sus emociones. Por ejemplo, se puede presentar al personaje despertándose violentamente en medio de la noche, pero para saber el contenido de su pesadilla es necesario que se la cuente a alguien. Este narrador no es un testigo porque puede estar en donde nadie puede llegar.

martes, 16 de marzo de 2010

La novela realista.


La literatura realista se caracteriza por:
  • La escasez de la narración
  • El predominio de larguísimas descripciones
  • Las descripciones de ambiente muy precisas y verificables en la realidad
  • El empleo de un registro coloquial con rasgos propios del ambiente que se describe (empleo de distintos registros por los protagonistas en función de su profesión y procedencia geográfica)
  • El intento de actitud objetiva por medio de descripciones pero, aún así, el autor transmite su opinión.
  • El estilo natural y relativamente sencillo
La novela realista goza de gran popularidad. Su intención era la de representar fielmente la sociedad y los ambientes. Entre otros, cabe señalar como motivos de su éxito el aumento de la población que sabe leer y escribir que pasa de un 5% a aproximadamente un 40%, la inclusión en los periódicos de folletines novelescos, el nacimiento de la novela por entregas. Así las novelas alcanzan incluso a las clases más bajas.

La narrativa realista.


La larga tradición realista de la literatura española así como el realismo europeo tienen una gran influencia sobre la narrativa realista española que se caracteriza por el empleo de nuevas formas como la novela histórica, la novela por entregas o el cuadro de costumbres.
En la narrativa realista se reflejan, dependiendo del autor, distintas ideologías. Así se reflejan las ideas liberales y progresistas en las obras de Galdós y de Clarín con un enfoque más realista mientras que predominan las ideas católicas y tradicionalistas en las obras de Alarcón o Pereda con un realismo más limitado.
En todos los autores se aprecia además un marcado carácter regionalista. El espacio será distinto según el autor. El lugar escogido por Galdós será Madrid, Clarín escogerá Asturias, frente a Pereda que se centra en Cantabria.
El naturalismo en España, por su parte, tiene poca influencia y es difícil de distinguir del realismo.

Biografía de Antonio Machado

Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano menor del también poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida una pensión para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College de France. Tras la muerte de su esposa, en 1912, pasó al instituto de Baeza.
Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros familiares al pueblo valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la muerte lo sorprendió en el pueblecito francés de Colliure.
Antonio Machado

Los textos iniciales de Machado, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas escritos en colaboración con su hermano y firmados con el seudónimo Tablante de Ricamonte, aparecieron en La Caricatura en 1893. Sus primeros poemas se publicaron en ElectraHelios y otras revistas modernistas, movimiento con el que Machado se sentía identificado cuando comenzó su labor literaria.
No obstante, aunque las composiciones incluidas enSoledades (1903) revelaron la influencia del modernismo, el autor se distanció de la imaginería decorativa de la escuela rubeniana para profundizar en la expresión de emociones auténticas, a menudo plasmadas a través de un sobrio simbolismo. En su siguiente libro, Soledades, galerías y otros poemas(1907), reedición y ampliación del anterior, se hizo más evidente el tono melancólico e intimista, el uso del humor como elemento distanciador y, sobre todo, la intención de captar la fluidez del tiempo.
Al igual que Unamuno, Machado consideró que su misión era "eternizar lo momentáneo", capturar la "onda fugitiva" y transformar el poema en "palabra en el tiempo". En los años posteriores se acentuó su meditación sobre lo pasajero y lo eterno en Campos de Castilla (1912), pero no por medio de la autocontemplación, sino que dirigió la mirada hacia el exterior, y observó con ojos despiertos el paisaje castellano y los hombres que lo habitaban. Una emoción austera y grave recorre los poemas de este libro, que evoca la trágica España negra tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina de las viejas ciudades castellanas.
En su siguiente volumen de poemas, Nuevas canciones (1924), el autor intensificó tanto su enfoque reflexivo como la línea sentenciosa de los "Proverbios y cantares" incluidos en el libro anterior. Esta tendencia filosófica se manifestó entre 1912 y 1925, etapa en la que Machado redactó una serie de apuntes que verían la luz póstumamente con el título de Los complementarios (1971).
En este cuaderno, miscelánea de lecturas, esbozos y reflexiones cotidianas, aparecieron por primera vez sus heterónimos, el filósofo y poeta Abel Martín y su discípulo, el pensador escéptico Juan de Mairena. Ambos son personajes imaginarios que permitieron expresar al creador sus ideas sobre cultura, arte, sociedad, política, literatura y filosofía, especialmente en el libro Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936).
Paralelamente, en las ediciones de Poesías completasde 1928 y 1933 se decanta una lírica de tema amoroso y erótico inspirada por la que fue, tras la muerte de su esposa, su gran pasión en la vida real, Pilar de Valderrama, llamada Guiomar en dichos versos. Ya durante la contienda civil Machado escribió algunos poemas y varios textos en prosa, parte de los cuales fueron recogidos en La guerra (1937). Se trata de escritos testimoniales, plenamente incardinados en las circunstancias históricas del momento.

"Autógrafo de Antonio Machado".

lunes, 8 de marzo de 2010

Recital de Miguel Ángel

Sustantivación de adjetivas

Las proposiciones adjetivas siempre tienen que tener y referirse a un antecedente, si no ha antecedente deja de ser adjetiva y es sustantiva.
 - Abrazó a la madre que le ayudó.
- Abrazó a la que le ayudó.
 Las proposiciones adjetivas sustantivadas realizan las mismas funciones que  las subordinadas sustantivas en una oración compuesta.
Los nexos que introducen a las proposiciones adjetivas sustantivadas son los siguientes:
Que precedido por un artículo.
- Las que recogían habían terminado.
Los pronombres relativos quien y quienes.
- Todos saludaban a quienes llegaban.
Los pronombres erlativos cuanto, cuanta, cuantos, cuantas.
- Saludó a cuantos se encontraban allí.

domingo, 10 de enero de 2010

Biografía de Benito Pérez Galdós.

Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843, hijo de Sebastián Pérez, teniente coronel del Ejército y de Dolores Galdós. Desde niño (Infancia en las Palmas ) fue aficionado a la música, al dibujo y a la literatura. Es en opinión general, el mayor novelista español después de Cervantes.


A los diecinueve años se traslada a Madrid (en Retrato familiar y social: Galdós, ciudadano de Madrid; Huellas del Madrid Galdosiano; el Madrid Galdosiano ). Allí conocería a don Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien le alentó a escribir y le orientó hacia el krausismo. Durante los primeros años de su estancia en la corte frecuentó redacciones y teatros. Escribió en La Nación y en El Debate.

La fontana de oro (1870) (En torno a la obra ), La sombra (1871)y El audaz (1871) fueron los títulos de sus primeras novelas, que revelan todavía una influencia del Romanticismo. Publicó artículos (en La obra: Fronteras entre novela y artículos periodístico; Galdós periodista )políticos en la Revista de España y algo de ellos, así como el ataque al régimen anterior a la Revolución de 1868 y el inmovilismo de la tradición, se plasma en sus obras de tesis de la misma época: Doña Perfecta (1876), Gloria (1877), La familia de León Roch (1878)y Marianela (1878).

Abre el camino al Naturalismo con La desheredada (1881), la primera de sus novelas contemporáneas a la que le seguirán El doctor centeno (1883), Tormento (1884) y La de Bringas (1884). El amigo manso (1882) es una de las creaciones más originales de Galdós. Lo prohibido (1884-85) es la novela galdosiana más impregnada de Naturalismo. Fortunata y Jacinta de 1886-7 es un vasto mural donde la historia, la sociedad y el perfil urbano de Madrid sirven de fondo a un argumento que presenta a dos jóvenes enamoradas del mismo hombre.

De su vida íntima sabemos que tuvo una hija ilegítima y amoríos con Emilia Pardo Bazán (en Epistolario: Cartas con Emilia Pardo Bazán ). Nunca se casó pero plasmó su tipo ideal de compañera en una mujer ya mayor: Teodosia Gandarias (en Epistolario: Cartas a Teo; Cartas a Teodosia Gandarias ), en el drama Pedro Minio (1908). Constantemente predicó un tipo de amor más libre, que veríamos en Realidad y Tristana, aunque se opuso a las costumbres demasiado licenciosas.

En 1873 aparecieron las dos primeras series de los Episodios Nacionales. Leyó a Balzac (en Retrato familiar y social: Galdós y sus contemporáneos europeos ), a los novelistas rusos y a Dickens de quien tradujo Pickwick papers. Aprovechó las rápidas apreciaciones e indicaciones sobre sus países. Acusó a los escritores contemporáneos de incapaces de describir la vida de su tiempo. Sólo excluyó de sus ataques a Fernán Caballero y a José María Pereda. Urgió a los otros escritores a tomar las grandes conclusiones de los problemas sexuales y espirituales de la clase media urbana de su época como principal fuente de inspiración. Sus últimos escritos teóricos añaden poco a estas ideas. Merecen citarse el prólogo a El sabor de la tierruca de Pereda, un memorial dirigido a la Real Academia Española y el prólogo a la tercera edición de La Regenta, de Clarín.

Al final de la década de los 80 y a comienzos de la siguiente publica Miau (1888), La incógnita (1889), Torquemada en la hoguera (1889), Realidad también en 1889 y Ángel Guerra de 1891, en donde experimenta una nueva manera de novelar. Los problemas éticos aparecen en Tristana (1892), Nazarín (1895), Halma (1895) y Misericordia (1897). Frecuentemente (como en Nazarín o Misericordia), sus novelas parecen recordar a Dostoievski. Su penetración psicológica ha sido igualada pocas veces. Entre sus características más definidas se cuentan un estilo personal vigoroso y muy marcado; un gran conocimiento de la locura y la esquizofrenia (no hay que olvidar su interés por Don Quijote) raramente preciso; un efectivo y sistemático manejo del simbolismo (evocador de su propia desilusión por la debilidad de España) y una conmovedora lástima por la gente que pretende elevarse de la bondad a la santidad.

Las obras dramáticas de Galdós (en La obra: El teatro de Galdós, representaciones en blanco y negro ) fueron frecuentemente críticas por tener un carácter esencialmente novelesco. Ciertamente, adaptó para el teatro sus propias novelas Realidad en 1892, La loca de la casa en 1893, Doña Perfecta en 1896, El abuelo en 1904 y otras, que fueron acogidas con éxito por el público y por la crítica. Electra, por motivos políticos o, en todo caso, extraliterarios, constituyó un acontecimiento nacional. El autor nunca había sido tan serio, tan cuidadoso y preocupado como en estos dramas. Hemos de indicar que estas cualidades se hallaban en el teatro español de aquel tiempo. Su influencia para la escena posterior fue benigna. En sus últimos años la oposición creciente se vio patente en la candidatura rechazada y poco después aceptada de la Real Academia. Le dolió que la generación del 98 no le considerara su mentor. La concesión del premio Nobel de literatura a Echegaray (autor muy inferior y de escasa valía) lo consideró un mazazo a la mejor literatura española de su tiempo. En 1912 quedó ciego (en Los últimos años: La ceguera ), aunque no por ello sufrió menos la insolvencia en sus últimos años. Por entonces escribió una tercera, cuarta y, finalmente, quinta serie de Episodios nacionales entre 1898 y 1912; de la última serie únicamente aparecieron seis volúmenes, quedando así incompleta.

En cuanto a su vida política fue elegido diputado a Cortes por Guayama en 1886. En 1907 encabezó la lista a la candidatura de la Conjunción Republicano-Socialista por Madrid.

La labor de Benito Pérez Galdós fue la de transformar el panorama novelesco español de aquella época. Dejó al lado el romanticismo y avivó el realismo español, dotando tanto de una gran expresividad a la narrativa como de nuevas formas aptas para el entendimiento del mundo y de la obra.